Mi mujer salvaje nació con mi hijo
Xabier. Mi mujer salvaje se fue gestando durante los nueve meses en los que mi
hijo me acompañó, me conoció, me sintió…
Mi mujer salvaje no es una mujer
cualquiera, no. Ella solo sale a pasear cuando tengo miedo, cuando lloro,
cuando soy vulnerable. Ella sabe que su fuerza es arrasadora, es capaz de morir
y revivir mil veces, es capaz de gritar y de sentir la rabia hasta límites
insospechados…
Mi mujer salvaje nació cuando murió mi
hijo…
Durante 47 días de enfermedad y muerte,
mi mujer salvaje me mantuvo en pie, me permitió dormir para poder acompañar a
mi hijo durante aquellos largos días…, me hizo fuerte ante los médicos, me hizo
fuerte para ver todo lo vi, para no pensar en el sufrimiento de mi pequeño y
sólo pensar en el amor que nos estábamos dando. Podía marcharse en cualquier
momento, y decidimos amarle y amarle, y acompañarle aunque doliera. Aunque se
te iba el alma viéndolo lleno de cables, de agujas… Pero mi mujer salvaje hizo
su trabajo: apareció después de 38 años escondida, supeditada, arrinconada y me
mantuvo en pie, y me dio temple, y me dio ternura, y me dio serenidad.
Esos 47 días de muerte y enfermedad, fueron también 47 días de amor incondicional. Ese
amor que las mamás y los papás sienten cuando nace su primer hijo, sea como
sea.
Mi mujer salvaje me sigue acompañando
hoy, meses después de que mi pequeño decidiera irse. Y me ha enseñado
tanto… Mi mujer salvaje me ha enseñado a llorar! Sí, soy una mujer fuerte
cuando lloro, porque es entonces cuando muestro mi fragilidad… sí, soy frágil,
soy encantadoramente frágil… puedo sentir, puedo emocionarme cada minuto, puedo
estar enfadada y al segundo, reírme como loca… Sí, soy una mujer salvaje y qué
suerte tengo!!!
Esta mujer me permite amar a mi hijo en
la no presencia, amarle desde dentro, desde no sé donde, pero desde muy dentro.
Me permite desmoronarme, y volver a la vida. Me permite alejarme de todo,
hacerme un ovillo y quedarme en mis recuerdos, pero siempre me trae de vuelta,
siempre me trae de vuelta…
Y esta mujer me da la fuerza para no
temer al futuro, para seguir adelante, para volver a ser mamá, volver a sentir
ese amor tan infinito, y volver a sentirlo con todo lo aprendido, volver a
sentirlo pero desde esta otra que soy yo… esta mujer salvaje que sin embargo,
es un niña emocionada por la vida y por la muerte.
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