sábado, 1 de abril de 2017

MUJER SALVAJE

Mi mujer salvaje nació con mi hijo Xabier. Mi mujer salvaje se fue gestando durante los nueve meses en los que mi hijo me acompañó, me conoció, me sintió…

Mi mujer salvaje no es una mujer cualquiera, no. Ella solo sale a pasear cuando tengo miedo, cuando lloro, cuando soy vulnerable. Ella sabe que su fuerza es arrasadora, es capaz de morir y revivir mil veces, es capaz de gritar y de sentir la rabia hasta límites insospechados…

Mi mujer salvaje nació cuando murió mi hijo…

Durante 47 días de enfermedad y muerte, mi mujer salvaje me mantuvo en pie, me permitió dormir para poder acompañar a mi hijo durante aquellos largos días…, me hizo fuerte ante los médicos, me hizo fuerte para ver todo lo vi, para no pensar en el sufrimiento de mi pequeño y sólo pensar en el amor que nos estábamos dando. Podía marcharse en cualquier momento, y decidimos amarle y amarle, y acompañarle aunque doliera. Aunque se te iba el alma viéndolo lleno de cables, de agujas… Pero mi mujer salvaje hizo su trabajo: apareció después de 38 años escondida, supeditada, arrinconada y me mantuvo en pie, y me dio temple, y me dio ternura, y me dio serenidad.

 Esos 47 días de muerte y enfermedad, fueron también 47 días de amor incondicional. Ese amor que las mamás y los papás sienten cuando nace su primer hijo, sea como sea.

Mi mujer salvaje me sigue acompañando hoy, meses después de que mi pequeño decidiera irse. Y me ha enseñado tanto… Mi mujer salvaje me ha enseñado a llorar! Sí, soy una mujer fuerte cuando lloro, porque es entonces cuando muestro mi fragilidad… sí, soy frágil, soy encantadoramente frágil… puedo sentir, puedo emocionarme cada minuto, puedo estar enfadada y al segundo, reírme como loca… Sí, soy una mujer salvaje y qué suerte tengo!!!

Esta mujer me permite amar a mi hijo en la no presencia, amarle desde dentro, desde no sé donde, pero desde muy dentro. Me permite desmoronarme, y volver a la vida. Me permite alejarme de todo, hacerme un ovillo y quedarme en mis recuerdos, pero siempre me trae de vuelta, siempre me trae de vuelta…


Y esta mujer me da la fuerza para no temer al futuro, para seguir adelante, para volver a ser mamá, volver a sentir ese amor tan infinito, y volver a sentirlo con todo lo aprendido, volver a sentirlo pero desde esta otra que soy yo… esta mujer salvaje que sin embargo, es un niña emocionada por la vida y por la muerte.

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